Cuarentena La novela:

Capítulo I: Génesis (Continuación)

La taza de café se me derramó sobre la ropa al escuchar que en EE.UU. la tasa de mortalidad se elevaba al cielo. Era como si la cuarentena no estuviera surtiendo efecto en ese país primermundista. Le dije a Mel que estabamos presenciando la caída de uno de los gigantes más importantes del último siglo. El hecho de que el presidente de esa nación no supiera cómo actuar, demostraba que este virus estaba sobrepasándonos a todos. Pensé de inmediato en México y su poca superestructura médica. Sin quererlo, me sentí invadido por un sentimiento de abatimiento.

Horas más tarde recibí la llamada de Marcelo Durán, un amigo que conocí en mis tiempos de estudiante. Marcelo hacía mucho que se había convertido en un excelente médico. La charla que se prolongó hasta por treinta minutos versó sobre los casos extraños que se observaban en el hospital donde él se encontraba laborando.

-Mira, Henrry -me dijo en tonó serio, pero preocupado-, algunas veces llegan personas que parecen estar descontroladas. En más de una vez hemos tenido que sedarlas, no sabemos si es el pánico u otra cosa. Tres enfermeras han sido que tener puestas en observación porque fueron atacadas por sujetos así.

Lo que me cotaba era sorprendente e inquietante. Marcelo ha estado en el hospital desde que se declaró fase tres; no se le permite la salida y sus comunicaciones son restringidas. Esa fue la última vez que hablamos y de allí hasta la fecha no sé más acerca de mi amigo.

«La cuarentena no está conteniendo el virus, pues hace apenas unos días en Wuhan se había hablado del control total del virus, hoy, en punto del medio día, se habló de una reactivación aún más violenta», así lo ha señalado la CNN alertando a la OMS.

La nota continuaba con información poco alentadora y preocupante: «los científicos, epidemiólogos y médicos están sorprendidos de los nuevos casos, pues ahora el virus parece propagarse de forma anaeróbica, lo que provoca que el contagio sea lo doble, e incluso lo triple, de rápido».

Un poco más abajo venían notas un tanto más extrañas y, por ello, poco importantes: «Habitante de Nigeria ataca a una familia a mordidas; un niño perdió dos dedos de la mano izquierda», «En Japón un indigente fue puesto en resguardo de la policía por atacar a una mujer en plena vía pública», «En la Ciudad de México, dos mujeres de entre 25 y 30 años, fueron arrestadas por presentar actitudes violentas y tratar de agredir a un grupo de mujeres en el Sistema de Transporte Colectivo Metro».

Estas notas aparecían por aquí y por allá; algunos usuarios de Facebook se apresuraron a realizar memes, pero otros más se mostraron desconcertados y adjudicaron estos casos a algo mucho más terrible. No faltó quien habló del fin del mundo y la llegada del apocalipsis. La verdad es que las redes sociales se llenaron de muchas noticias falsas y tendenciosas.

Días después de estos hechos comenzaron a surgir videos donde se observaban grandes parvadas de cuervos azotando los estacionamientos de algunas tiendas comerciales en New York; pobladores de Haití grabaron como miles de peces saltaban del agua para morir asfixiados a la orilla del mar. Un video más mostraba como el cielo de Suiza se oscurecía a medio día sin explicación alguna.

La gente comenzaba a tener miedo; algo extraño estaba ocurriendo en el mundo; la curva de contagios iba creciendo cada vez más y más. La población de España, Italia y Mozambique se redujo repentinamente en un 70%. En Inglaterra la gente aseguraba que la Reina no se le había visto desde hacía más de dos semanas. Corea del Norte ha hecho pública la muerte de Kim Jong Un; las causas de su muerte aún no están del todo claras.

[Esta Cuarentena Continuara…]

 

 

 

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