Amalia Martínez siempre supo que llegaría lejos. A la corta de edad de 8 años descubrió su amor y pasión por el bordado. Solía pasar sus tardes bordando en compañía de su prima y las mujeres de su familia, juntas construyeron con esfuerzos una historia familiar que marcó significativamente a la pequeña Amalia. Es originaria de San Felipe Santiago en el Municipio de Villa de Allende, ahí pasó gran parte de su niñez y desarrolló su habilidad para el bordado pero sobre todo para la realización de muñecas mazahuas que al día de hoy le han ganado el título de artesana mexiquense.

Al cumplir los 15 años se mudó a la ciudad de México con la esperanza de convertirse en secretaria ejecutiva. A los 18 años comenzó a trabajar en las secretarías de programación y presupuesto, sin embargo afirma haber sufrido discriminación por su apariencia física así que guardó su título en un cajón y tomó la decisión que haría que su vida cambiara por completo; ser artesana.

Muñecas mazahuas, hechas con historias del corazón.

Empezó un arduo camino hacia el éxito; se abrió paso tocando puertas al cabo de unos años ya se encontraba vendiendo para FONART, para museos y para casas de artesanías en la ciudad de México.

Posteriormente, a los 23 años, se convirtió en madre soltera de su primer hijo, quien le dio las fuerzas necesarias para aprender a realizar nuevas piezas como cojines, caminos de mesa, carpetas, quexquemetl tradicionales y gabanes. Así fue como llegó a Toluca; “con el arte entre las manos, dispuesta a luchar y sacar adelante a mi familia” menciona.

A partir de entonces la versatilidad y lo tradicional de sus obras capturaron el interés de instituciones y  asociaciones que le han permitido no sólo experiencia y ventas sino la oportunidad de expandirse internacionalmente. Ha visitado gran parte de la República Mexicana y estados de territorio estadounidense como San Antonio, San Diego, Los Ángeles, Houston, Milwaukee y Chicago por mencionar algunos.

El bordado Mazahua se volvió su mundo y su estilo de vida, el medio por el cual logró brindar educación a su hijos y cumplir sus sueños e ilusiones.

 

 

Legado familiar

Orgullosamente los hijos de la Sra. Amalia han aprendido a bordar y realizar las muñecas mazahuas. Además de ayudar a su madre a cumplir con los pedidos también ejercen de manera individual la labor, su hija, por ejemplo ganó recientemente el premio estatal de la juventud gracias a su contribución para preservar las tradicionales muñecas.

“Mi meta es cruzar fronteras”

Su ambición va más allá de la hechura de productos mazahuas. Actualmente también participa en bazares de la facultad de arquitectura y turismo de la Uaeméx, se dedica a impartir cursos de bordado y a dar ponencias para las personas con inquietud de emprender. Por temporadas acepta en su taller alumnos de turismo que quieran hacer su servicio social y a través de medios de comunicación reconocidos ha dado a conocer el proceso del bordado, de la muñeca mazahua y de las técnicas de teñido con tintes naturales.

Hasta que Dios me preste vida

El camino que esta artesana mexiquense decidió emprender años atrás se volvió su vida entera, hoy por hoy asegura que el deseo de seguir creando se mantiene latente y que seguirá compartiendo la cultura del estado mexiquense a través de sus piezas las cuales se pueden encontrar a la venta en el Museo Casa del Risco y el Museo de Arte Popular en la CDMX, y en el Centro Cultural Mexiquense, en Casart, mediante sus redes sociales como facebook: https://www.facebook.com/AmaliaArtesMazahua, o directamente en su hogar ubicado en Colonia Nueva Oxtotitlan, Estado de México.

 

https://www.facebook.com/tolucacultural

 

 

 

 

 


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