Crisis económica a raíz del COVID-19

El desempleo repentino, el cierre definitivo de negocios locales o el desabasto de ciertos productos y servicios son sólo un indicio de los reales problemas económicos que la población mundial está viviendo a partir de la pandemia. Si bien, la cuarentena ha dado solución gradual al contagio masivo por COVID- 19, también trajo consigo consecuencias poco favorables para el sector económico.

Existe una evidente crisis económica al rededor del mundo. La recesión por la que se atraviesa, ha sido comparada con la que se vivió en el año 2008. Pero ¿Qué es lo que está pasando en realidad?

Expertos en el tema y el Banco Nacional prevén una serie de sucesos inherentes a las medidas tomadas para restructuración económica mundial.

A nivel mundial

La decisión de cerrar las fronteras entre países, vinculada a las medidas utilizadas para controlar la pandemia, redujo el comercio internacional considerablemente. Lo que causa menos demanda y por lo tanto menos producción además de una baja en el número de exportaciones.

Así mismo la desaceleración económica a  nivel mundial reducirá las remesas nacionales e internacionales. Los países que dependen del comercio internacional, el turismo y la exportación de productos básicos se verán afectados considerablemente.

En México

México junto con Brasil constituyen los sectores manufactureros más grandes de América Latina. La interrupción de cadenas de suministro en el mercado impactará de tal forma que expertos calculan una caída del 15%, junto con la caída del precio del petróleo, consecuencia de la desaceleración en la economía de Estados Unidos.

Por otro lado, sufrirán el impacto financiero, las empresas nacionales que dependan de la exportación e importación para solidificar su adquisición de insumos y la viabilidad de su producción. Difícilmente podrán de fuente de abastecimiento

La reducción de las remesas de migrantes mexicanos, provenientes principalmente de la Unión Europea y Estados Unidos, reducirá así mismo la entrada económica de miles de familias en el país. Las oportunidades de encontrar o conservar un empleo, para ellas,  son escasas, en añadidura a los salarios precarios de trabajos “eventuales”  que fomentarán, aún más, la explotación incluso de menores de edad.

Se cree que esto pueda empujar a miles de personas a la pobreza extrema en lo que queda del 2020, eso sin contar con que el capital humano puede verse perjudicado a la larga debido a la suspensión de clases y actividades de desarrollo.

Una posible Solución

Es cierto que la solución va de la mano del buen liderazgo y de las buenas estrategias que los gobiernos mundiales tengan bajo la manga, de la cooperación y solidaridad internacional, de las fuentes de financiamiento y la ayuda estructurada destinada a fortalecer la respuesta frente a la pandemia. Pero también es importante considerar que la solución dependerá de todos y cada uno de los ciudadanos. Evitar que la pandemia se prolongue más es responsabilidad de todos. De modo que entre más rápido se concrete la nueva normalidad más próxima se encuentra la posibilidad de impulsar la recuperación económica.

 


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